2018/01/27 05:52
Desde muy chico me ha gustado trabajar, a mis 16 años trabaje en un hospital, siempre me llamó la atención ella, más grande por 9, ella tenía lo prohibido...casada y con un niño de 2 años, en los tiempos libres acariciábamos todo nuestro cuerpo sin ningún temor, un día sin pensarlo nuestra lujuria llego más allá en la cocineta del primer piso de tal hospital, el vigor y la rigidez entraron suavemente y cada gemido no salía de su boca por el miedo de ser descubiertos, el movimiento de caderas era maravilloso y mi control trataba de sintonizarlo al ritmo de su corazón, las gotas de sudor caían en aquel piso tan frío, el miedo y la adrenalina intensificó la penetracion y solo sentí la humedad escurriendo por mi parte baja, aquel abrazo tan fuerte después de terminar hizo de algo prohibido.. algo rico.