2017/08/09 08:36
Tengo 23 años, por lo general suelo ser un hombre muy tímido, no suelo ligar mucho, pero irónicamente casi siempre suelo tener pareja, desde que estoy en forma parece algo relativamente fácil conseguir a una chica para un buen sexo o una relación pero jamás nada estable para mí desgracia.
Marzo fue un mes complicado, mi terapia psicológica había tenido días malos, desde que mi novia murió sigo en terapia pero ese fue un mes particularmente malo en ese aspecto, me sentí bastante sólo.
El día llegó, mi cumpleaños el día 27 ese mismo día lo había intentado con una chica nueva se llamaba Jimena un amor de niña, al menos eso me hizo creer al principio, inocente, encantadora y de costumbres muy infantiles el tipo de chica que querría para mi novia, le declaré mi intención de ser su novio ese día y me mandó a volar, me dijo que no tenía tiempo para novios.
Pensé, "No importa, será un buen día", por desgracia era Lunes, los lunes a nadie le gusta hacer nada, tampoco a mis amigos, ni siquiera un gansito con una velita.
Mi amigo Esteban me acompañó al final a comer a un restaurante de cadena, no me gustan mucho pero deseaba comprar algo de ropa en la Plaza Comercial, terminada la cena, recibí una llamada interesante.
Era la misma Jimena de la mañana, me dijo que quería platicar conmigo en privado, jamás he sido bueno para las indirectas, pero al parecer mi colega la comprendió de inmediato después de preguntarme si tenía condones supe a lo que se refería, la verdad no llevaba ni uno conmigo no pensaba mucho en el sexo en esos días.
El hombre me regaló uno y después de comprar una playera por indicación suya y algunos artículos de baño salimos de la plaza rumbo al metro más cercano, lo dejé allí y en el mismo auto que tomamos fui a donde ella quería verme.
Curiosamente era muy cerca de mi casa, en la esquina de la calle que da a la avenida donde vivo, la ví y déjenme decirles que me gustó lo que ví, llevaba una minifalda que de no ser porque no había viento la mínima brisa hubiera dejado ver el delicioso conjunto que tenía puesto.
Arriba traía una blusa escotada blanca que me dejaba ver que ella en efecto es quien quería llevarme a la cama, me esperaba frente a la puerta de un motel, sabía lo que quería pero no deseaba pensar que era como las demás, pronto me dí cuenta de que era diferente.
Sin decir palabra me tomó de la entrepierna y me dijo: "No tengo tiempo para un novio pero siempre tengo tiempo para divertirme", recuerdo sus exactas palabras porque lo que sigue fue una de las mejores experiencias de mi vida sexual.
Entramos a la habitación, todo estaba oscuro, no bien encontre él apagador ella estaba de rodillas, y yo con el cinturón desabrochado.
Le dije que no me gustaba que me hicieran un oral, (es mi debilidad suelo venirme rápido cuando pasa), pero ella insistió metiendo mi pene en su boca, y usando la lengua de tal modo sobre la cabeza que cuando salí de su boca estaba tan duro como una piedra y lubricando como loco.
No pensé que la chica inocente tuviera esas "habilidades" y eso se quedó corto, siguió con su tarea hasta que me vine en su boca, ella no se inmutó y siguió con lo suyo hasta ponerme tan duro como antes, escupió mi semen y se puso el condón en los labios.
Me lo puso de una movida, hasta la base sorprendentemente para mí, y me dijo que ya estaba listo que era mi turno y así procedí a bajar a su intimidad, no tuve problemas en acoplarme a ella, metía mis dedos al tiempo que lamía su clítoris ella simplemente comenzaba a hablar sucio y a pedirme que la hiciera mía
Después de hacer que se viniera, le pedí que se levantara de la cama, mi pierna no me deja estar de rodillas por mucho tiempo ni recargado en la cama por lo que le pedí que se levantara, y la tomé por los muslos para poder levantarla y empotrarla contra la pared.
Ya en la pared la penetré suavemente poco a poco hasta sentir que ella empezaba a gemir, en el momento en que abrazó mi espalda para sentirme más dentro tomé uno de sus senos y comenzé a lamer su pezón al tiempo que la penetraba más rápido y más fuerte al poco tiempo ella comenzó a rasguñar mi espalda y a gritar.
Después de ello le pedí que se volteara, y me hizo caso sin chistar, estimule un poco su vagina con mis dedos antes de volver a entrar, la apoyé contra la pared usando mi cuerpo y comenzé a penetrarla tan rápido y duro como podía al tiempo que jalaba su cabello con fuerza y la hacía mi perra
Mi sucia perra, recuerdo que entre sus gemidos me pedía que no parará, que fuera más rudo le di un par de nalgadas antes de penetrarla como ariete, cuando sabes que te vas a venir y es inevitable para que ella se acuerde más de ti, la tomé de ambos pezones y la besé por el cuello mientras seguía penetrándola tan fuerte y rápido como podía.
Unos minutos después pasó, ella estaba contra la pared y me vine dentro de ella, esas venidas mágicas donde hasta se te olvida el mundo por un rato, y más porque ella se seguía moviendo hasta que yo la quité de mi miembro para terminar.
Cuando hice eso sus piernas se acalambraron y se cayó porque ya no pudieron sostenerla, me pidió su bolso y encendió un cigarrillo para darmelo y yo encendí uno para ella, ella estaba en el piso aún.
Le ayude a vestirse y ella a mí, fue difícil no ceder de nuevo al ver como veía mi miembro rojo como su vagina al momento de subirnos los interiores, acomodé su sostén y le di un beso suave en el cuello mientras sostenía ese hermoso par de senos que me hicieron vibrar hace poco tiempo y le dije que era el mejor cumpleaños en mucho tiempo.
A lo que ella respondió: "Éste es sólo el primer día" mientras su sonrisa y su disimulada cojera daban cuenta de lo animal de esa noche mientras salíamos del hotel.